Las estadísticas de incendio a nivel nacional, concluyen que 2 de 3 víctimas en los incendios se debe a la inhalación de humos. Además, los incendios en los edificios representan el 94,3 % de las víctimas de los incendios, siendo las viviendas el lugar donde mayor riesgo existe para las personas.
Pero echando la vista atrás, las estadísticas de incendio nos muestran que las acciones que se están llevando a cabo por los diferentes agentes involucrados para evitar las víctimas como consecuencia de los incendios, están en el buen camino ya que la evolución de las víctimas tiende a descender a pesar que en 2014 hubo un repunte. Gracias a estos datos, España es uno de los países más seguros del mundo
Tabla 1. Evolución del número de víctimas mortales. Fuente: Estudio de víctimas de incendio en España 2014. (APTB y Fundación Mapfre).
Tabla 2. Comparación del índice de víctimas mortales por millón de habitantes. Fuente: Estudio de víctimas de Incendio en España 2014. (APTB y Fundación Mapfre)
Ante esta situación, ¿debemos plantearnos la inclusión de la toxicidad de los humos en la reacción al fuego de los productos y materiales constructivos?
En la actualidad, la evaluación de los humos generados por los productos y materiales constructivos es cuantitativa y no cualitativa, es decir no se mide la toxicidad de los humos generados en los ensayos de reacción al fuego.
Por otro lado, la legislación actual tampoco tiene en cuenta la toxicidad de humos. De igual manera, el mobiliario de una vivienda o un edificio no está sujeto a ensayos de reacción al fuego. (Excepto las butacas y asientos tapizados concurrencia así como los elementos textiles suspendidos como telones, cortinas, cortinajes, etc.. instalados en edificios y establecimientos de pública concurrencia).
El contenido de los edificios, especialmente en las viviendas, resulta clave en las primeras fases del incendio, ya que la velocidad de propagación así como el desarrollo de un incendio dependerá en gran medida de este tipo de materiales. En la actualidad, existen estudios que indican que el flashover podría ser alcanzado en menos de 5 minutos cuando antes solía ser un tiempo de 30 min.
En caso de incendio, el mobiliario y el equipamiento de una oficina o una vivienda, será afectado por el incendio en la primera fase y en función de su inflamabilidad se podrá propagar en mayor o menor grado. El contenido de las viviendas será el principal foco de generación de humos en este tipo de incendios.
Los revestimientos tales como una placa de yeso laminado o un revestimiento decorativo de cualquier material, al estar expuestos directamente al fuego, serán afectados en las primeras fases del incendio, cobrando una especial relevante sus propiedades de reacción al fuego.
Otros productos ocultos, como por ejemplos los materiales aislantes térmicos y acústicos, tendrán una contribución muy limitada ya que no estarían expuestos en una primera fase y solamente lo harían en caso de derrumbe de la capa superficial tras la cual están instalados. Esto podría llegar a producirse una vez pasado el flashover.
Por tanto, la inclusión en la euroclase de un parte para evaluar la toxicidad de los humos no implicaría una de mejora significativa a la reducción de las víctimas en los incendios, ya que los datos estadísticos demuestran que el origen de la toxicidad que afecta a las personas procede del mobiliario de los edificios y de las viviendas (sofás, mesas, camas, ropas, muebles, libros, juguetes) y no de los elementos constructivos.