En el post que os presento hoy, os voy a contar una situación que me ocurrió durante un curso que impartí el pasado mes de noviembre.
Estaba explicando el sistema de clasificación europeo de reacción al fuego (euroclases) y al finalizar de responder una pregunta de uno de los alumnos, un compañero suyo me comentó que él iba a requerir a los productos una euroclase A2 ya que la propagación de llama siempre sería menor que para un producto B.
Esta afirmación puede parecer lógica para alguien que desconoce los criterios de clasificación de las euroclases pero cuando se conocen en profundidad la realidad es bien distinta. Para abordar esta cuestión, es imprescindible conocer los ensayos requeridos para la obtención de las euroclases A2 y B así como sus criterios de clasificación. Seguidamente se muestra una comparativa las exigencias actuales para la obtención de dichas euroclases
Como se aprecia, la propagación de llama para una euroclase A2 se evalúa a través del ensayo del SBI. La propagación de llama no debe alcanzar el borde de la muestra del ala larga, es decir una longitud de 1000 mm. Pero esta exigencia es exactamente la misma que para una euroclase B. De hecho, en la propia norma de clasificación UNE-EN 13501-1 se indica explícitamente que los criterios aplicables a la norma SBI para alcanzar una euroclase B serían los mismos que para una euroclase A2. Es decir, no habría ninguna diferencia entre ambas clases en términos de exigencias de propagación de llama.
Por tanto, antes de requerir una euroclase es necesario conocer los parámetros de clasificación y los criterios que tiene en cuenta. Sólo de esta manera, se podrá ajustar la euroclase a las necesidades requeridas. Finalmente, el alumno entendió que su idea inicial sobre la propagación de llama no era correcta.
Bibliografía: